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Trias de Bes: “Nunca volveremos a la situación de elevado crecimiento anterior”

  • Anna Rovira Crespo
  • 15 may 2016
  • 5 Min. de lectura

El economista hace un análisis de las mayores burbujas de la historia para intentar dar claves de cómo evitarlas



Fernando Trias de Bes se define en su autobiografía como una persona con una doble profesión o con ninguna. Es economista, dado que cursó Ciencias Empresariales en ESADE y MBA (Master in Business Administration) en la Universidad de Michigan, pero también novelista y ensayista. Él afirma que “tal vez no soy economista, tal vez no soy novelista, tal vez soy ambos o tal vez ninguno de los dos. He llegado a la conclusión de que no importa. Disfruto creando, y ya está”. Además, también ha trabajado en distintos medios de comunicación de prensa escrita: colaboró durante varios años con El País Semanal y con el programa La Brújula de la cadena Onda Cero, en la que escribía un relato todas las semanas. Actualmente sigue moviéndose en este ambiente, ya que escribe en el suplemento de economía de La Vanguardia.


El libro El hombre que cambió su casa por un tulipán, publicado en el año 2009 y, por lo tanto, en plena crisis económica en España, representa la quinta narrativa del ámbito económico del autor. Su objetivo principal es descifrar qué podemos aprender de la crisis en la que nos hemos visto envueltos y, en consecuencia, cómo podemos evitar que esta situación vuelva a pasar en un futuro.


Fernando Trias de Bes. FOTO: La Vanguardia


La estructura


La primera parte del libro está dedicada a hacer un viaje al pasado para seleccionar las mayores burbujas de la historia y explicar en qué consistieron y por qué se llegó a dicha coyuntura. De esta forma, Trias de Bes presenta este viaje dejando clara una premisa que se va repitiendo a lo largo de todo el texto: la burbuja especulativa (como, por ejemplo, la producida en el Crack del 29, la burbuja de Japón de los años 90 o la inmobiliaria estadounidense) es a causa de un comportamiento irracional.


La primera burbuja de la que habla es la producida en el siglo XVII, con el objetivo claro de hacer ver al lector que este hecho no es moderno, sino que ya viene de lejos. Después que el economista haga un pequeño análisis de cada una de las burbujas que ha seleccionado para escribir su libro –estas son, siguiendo los títulos que el mismo autor les ha querido dar, La fiebre de los tulipanes (1636-1637), La burbuja de los mares del sur (1711-1720), El crack del 29, El eclipse del sol naciente – Japón, años noventa y La crisis subprime (2006 – ?)­– y presente las graves y nefastas consecuencias que tuvieron estas burbujas para los diferentes países que las sufrieron, nos damos cuenta que hay un patrón común en todas ellas, y es que siempre se han producido en un momento histórico en el que los países en cuestión en los que se han generado estas burbujas estaban en una época de crecimiento y prosperidad económica y una política monetaria expansiva basada en el gasto público y el acceso al crédito.


Dejando de lado ya la parte más académica y teórica, Fernando Trias de Bes se adentra en la segunda parte de El hombre que cambió su casa por un tulipán, la cual está dedicada a hablar sobre el síndrome del necio, algo que el economista denomina “la enfermedad de la codicia”. Una vez explicadas las burbujas económicas más graves y dañinas en toda la historia, el economista cree oportuno y necesario diseñar el perfil estereotipado de la persona que sería muy propicia a caer en una burbuja.


Cierto es que lo hace de forma amena y divertida a la vez que comparándola con una enfermedad “real”. Tanto es así que enumera, con una breve explicación con la que argumenta su posición, los síntomas principales de este perfil de persona: el exceso de confianza, el autoengaño, la envidia del beneficio ajeno y gula por el dinero, la lógica irracional y tergiversación y la toma excesiva de riesgos así como la creencia en la demanda infinita son los rasgos psicológicos y morales de aquellos que, inevitablemente, por su forma de actuar y percibir la realidad, caerán en las redes de una burbuja especulativa.


El diagnóstico de una burbuja


Mediante la citación de Krugman, el premio Nobel de Economía del año 2008, Fernando Trias de Bes hace referencia a la posición del economista estadounidense que afirma que “las crisis de confianza se solucionan con dinero […] pero la recesión no ha sido solo por falta de confianza”.


De esta manera, el autor crea un modelo propio que quiere que sea efectivo a la hora de poder diagnosticar la magnitud de una burbuja, siempre teniendo en cuenta sus características más significativas. Divididas por grados, la burbuja de grado uno, dice Trias de Bes, se distingue porque, de hecho, son recesiones de corte psicológico pero que no llegan a producir una burbuja como tal. Las de grado dos se solventan con dinero prestado, las de grado tres se caracterizan por el hecho que el origen del dinero para solventarlas proviene de los blancos de otros países, las de grado cuatro con una refinanciación de la morosidad y, por último, las de grado cinco, calificadas como las más graves y duras y que se producen por haber un objeto de especulación (bienes reales y tangibles). La gravedad de estas últimas burbujas es debida, en gran parte, a que hay una cantidad mayor de personas que participan en ellas, de forma que en cuanto exploten desaparecerán sitios que trabajo que derivarán en una contracción de la demanda.

Al terminar con este desglose, Fernando Trias de Bes se muestra claro y taxativo y denomina la burbuja inmobiliaria española con el siguiente término: histórica.


Las cinco preguntas clave


La parte final del libro es la más atrayente para una sociedad preocupada por la situación de crisis económica ­–hay que recordar que este libro fue publicado en el año 2009–. En ella, el autor da respuesta a las que considera que son las cinco preguntas más importantes sobre la crisis y que muchos políticos y otros grupos sociales de élite se niegan a tratar.


Para todos aquellos que se preguntan dónde ha ido a parar el dinero de la especulación, el economista y ensayista español es muy claro: o bien se ha evaporado o ha ido a caer en manos de un pequeño porcentaje de la sociedad. Con su respuesta, pues, deja en evidencia que no se ha producido una reestructuración ni redistribución de capital y que tampoco hay intención de hacerlo.


A continuación, afirma que esta crisis económica, la cual cree que empezó ya en 2006 (de forma que se adelanta en uno y hasta dos años a los discursos oficiales), supondrá sufrimiento y desempleo y avisa que nos dicen que es una situación transitoria pero que tras este análisis, cree que va para largo.

Otra conclusión que saca es que “nunca volveremos a la situación de elevado crecimiento anterior”, ya que esta crisis ha sido triple: financiera, económica e inmobiliaria y del sector de la construcción. Aunque es negativo, tampoco se atreve a dar una fecha de salida, pues cree que “serían predicciones, ya que depende de muchos factores”.

Las últimas páginas del libro van dedicadas a la ciudadanía, hecho que es todo un acierto. Después de dejar claro que no todo es culpa de los ciudadanos, afirma que no confía ni en los dirigentes ni en los blancos, pero sí en la prudencia de los compradores. Es por este hecho, pues, que se dirige a ellos, a nosotros. Aprovechando este discurso para dejar caer una sutil pero a la vez directa crítica al negocio periodístico por considerar que los periodistas son obligados a extremar sus mensajes para captar la atención de los públicos y así subir los ingresos, Fernando Trias de Bes acaba El hombre que cambió su casa por un tulipán reclamando labores educativas y de difusión que alerten a la población del sistema en el que están inmersos y del que solo su prudencia les podrá salvar. Habrá otra burbuja, dice: “tendrá otra forma pero el mismo fondo”.



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